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jueves, 19 de mayo de 2016

CONFLICTO Y MEDIACIÓN ESCOLAR


Muchos autores hablan del conflicto como un reto, una oportunidad de crecimiento personal  y de madurez. La persona tiene la posibilidad de observar lo que puede o debe hacer delante de un conflicto y la persona que trabaja en mediación crea una manera de pensar dentro del entorno que genera la problemática. La mediación tiene un papel muy importante, ya que aproxima a las partes enfrentadas y refuerza los vínculos rotos de manera positiva. Aporta una mirada al futuro y ayuda a las personas que tienen las relaciones deterioradas a poder imaginar la relación, des de una perspectiva mucho más amplia y con unos elementos nuevos que ayudan a continuar conviviendo.
Cuando se habla de Mediación Escolar, la variedad de conflicto es muy amplia y, en todos los casos, se parte de unos conflictos que, en muchas ocasiones, no afectan nada más a los individuos, sino a la convivencia de toda la comunidad. Es, por lo tanto, una vía de conciliación que, en muchas ocasiones, fortalece y mejora las relaciones que se habían roto. En nuestro entorno, es muy importante, porque las personas que han vivido un conflicto han de continuar juntas durante muchos años, y esto supone un reto.

La mediación favorece y da una oportunidad a aquellos alumnos, que por circunstancias diversas han estado expulsados del centro y han de volver al centro escolar. Si después de cumplirla no pasan por la mediación, las probabilidades de reincidencia son elevadas.
La superación personal delante el fracaso de una relación deteriorada, la incomprensión entre las personas implicadas, la ampliación de perspectivas, la creación de nuevas expectativas, el trabajo de las emociones..., son elementos indispensables para construir juntos la relación que hemos diseñado y que queremos construir para poder continuar conviviendo juntos.
La mediación permite una visión mucho más amplia del problema, aplicar el proceso de mediación escolar en la etapa escolar ayuda a nuestros alumnos a enriquecerse como personas, a conocer mejor las relaciones que establece con su entorno, a escuchar con interés al otro para comprenderlo y en definitiva, a relacionarse mejor.


Exposición dramatizada de un proceso de mediación escolar. Dirigida por el profesor Juan Carlos Torrego para la UNED.

Alteraciones del lenguaje: LA DISLALIA



La Dislalia es el trastorno del habla que con mayor frecuencia aparece entre los niños de 3 a 6 años de edad. Se define como la dificultad en la articulación de ciertos fonemas  que provoca diversas alteraciones en la pronunciación: substituciones, omisiones, inversiones, adiciones de fonemas, silaba o palabras. Se trata la incapacidad para producir o formar de manera correcta algunos fonemas o grupos de fonemas y puede afectar a cualquier consonante o  vocal, a un fonema o diversos fonemas. Si un niño presenta afectación en muchos fonemas a la vez, es decir, presenta muchas dislalias, su lenguaje puede llegar a ser ininteligible.

Uno de los requisitos indispensables para garantizar el éxito de su tratamiento, es la detección precoz.

Según su etiología, es decir, las causas que las provocan, las dislalias se pueden clasificar en:

·    Funcionales: dislalias que se producen por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios y que sobrepasa los márgenes  aceptados como normales. Los niños presentan inhabilidad en el uso de los órganos articulatorios periféricos, sin que se puedan apreciar anomalías orgánicas o lesiones en el sistema nervioso central.
Las dislalias funcionales pueden estar causadas por poca movilidad de los órganos articulatorios, dificultad en la percepción, dificultad en la comprensión o discriminación auditiva, factores psicológicos, ambientales o hereditarios.

·    Audiogena: Son dislalias producidas por deficiencias auditivas. Para que un niño pueda reproducir correctamente un fonema es necesario que lo pueda escuchar bien. Si no es capaz de discriminar entre dos fonemas que tienen el punto o modo de articulación próximo, tampoco lo podrá reproducir con exactitud.

·         Evolutivas o fisiológicas: Errores que comete el niño cuando está en la fase de desarrollo del proceso evolutivo lingüístico, dentro de los márgenes aceptados como normal. El niño no es capaz de repetir palabras que oye porque aún no tiene la suficiente destreza motriz y usa sistemas fonéticos elementales adaptados a sus capacidades.

·         Patológicas: Son errores que realiza el niño y que persisten superada la etapa del desarrollo que va más allá de los 4 años.

En función de la cantidad de errores, se pueden clasificar en:

·         Dislalia simple aislada: Cuando el trastorno de articulación afecta únicamente a un sonido.

·     Dislalia múltiple aislada: Cuando el trastorno de la articulación afecta a 2 o más sonidos que no tienen características comunes, es decir dos sonidos que no tienen el punto o el modo de articulación similar.

·      Dislalia múltiple sistemática: Cuando el trastorno afecta a un grupo de fonemas que tienen relación entre sí. La dificultad no está en los diferentes fonemas aislados, si no en la característica que los une, por ejemplo, la dificultad para pronunciar  las vibrantes.

·     Dislalia generalizada: Cuando el niño presenta dislalias simples o múltiples aisladas, que se combinan con dislalias sistemáticas.

Intervención logopédica ¿En qué momento?


El inicio de una intervención logopédica dependerá del grado de gravedad del retraso.

En general, se aconseja iniciar la reducación lo más pronto posible. En algunos casos, concretamente en el de los niños más pequeños, se puede empezar dando a los padres las instrucciones pertinentes y en estos casos se harán revisiones cada tres meses. Si la evolución no fuese la esperada, se iniciará la reducación, cuya duración dependerá de la edad y de la capacidad de colaboración del niño o niña.

Generalmente es en el inicio de la escolaridad cuando se empiezan a apreciar los primeros síntomas de que alguna cosa no va bien. En el caso de los niños y niñas que presentan retraso de lenguaje, mi consejo es dejar pasar de tres a cinco meses para poder evaluar el efecto de la relación en la evolución del lenguaje, ya que la estimulación que recibe por parte de los profesionales del centro escolar y la socialización con sus iguales, generalmente suele producir mejoría.
En todo plan de intervención hay tres requisitos importantes que hay que tener en cuenta: la flexibilidad, el  juego y la espontaneidad, importantísimos para generar motivación.
 
El primer paso para una intervención logopédica es la evaluación, puesto que el éxito del tratamiento dependerá en gran medida de la evaluación y de sus criterios diagnósticos. Evaluar el lenguaje supone determinar el nivel de eficiencia en el habla, la lengua y la comunicación, en función de la capacidad cognitiva, auditiva, neurológica o emocional.

Para realizar la evaluación del lenguaje es preciso contar con un especialista bien formado y que tenga amplios conocimientos sobre:

  • *        Los sistemas del lenguaje y la comunicación.
  • *        El desarrollo cognitivo e intelectual del niño y la niña.
  • *        La adquisición y el desarrollo del lenguaje y de la comunicación en el niño/a; su secuenciación y alteración.


domingo, 15 de mayo de 2016

LA LECTURA Y EL HABITO LECTOR

Para poder leer se tiene que saber leer, tenemos que ser capaces de descodificar los mensajes trasmitidos gráficamente, pero, sobretodo, se tiene que querer leer.
Los niños cuando aprenden a leer hacen un esfuerzo enorme, seguramente el esfuerzo intelectual más grande de toda su vida. La motivación en casa y en el colegio es extraordinaria, pero esta irá disminuyendo a medida que avance el aprendizaje y puede acabar, como a menudo pasa en la adolescencia, sino se establecen prácticas apropiadas, que la lectura es exclusivamente utilitaria, usada para estudiar o para hacer faenas escolares.

lunes, 27 de agosto de 2012

La agresividad en niñ@s pequeños


Entre los dos y tres años, a veces algo más, los pequeños que tienen alguna dificultad para manejar las frustraciones y la excitación, suelen responder ante ciertas situaciones con una actitud algo agresiva, especialmente pegando y mordiendo. Al no saber expresar ni controlar sus emociones, estallan ante todo aquello que va en contra de sus deseos.

En ocasiones el niño agrede a otros para protegerse, para manifestar su enfado, para comunicar su malestar...

Este tipo de conductas hay que saber detectarlas a tiempo y corregirlas lo antes posible, ya que de manera habitual le generaran problemas con los demás niños, ya sean compañeros de clase, hermanos, padres y en un futuro se plasmaran en forma de fracaso escolar, falta de socialización y dificultades de adaptación.

Los niños que de una manera continuada presentan dificultades para controlar sus impulsos o manejar sus frustraciones necesitan que alguien les enseñe la forma correcta de hacerlo.

Es posible que el niño pegue a su hermana o a otros niños, de patadas, arañe o de tirones de pelo en situaciones concretas; por no querer compartir un juguete, por querer ser el primero.... es muy importante saber observar esta actitud para poderle enseñar a guardar los turnos, a compartir y a darse cuenta de las ventajas que comporta comportarse correctamente.


Pero, ¿Qué podemos hacer para ayudar al niño a controlar sus conductas agresivas?

  • Expresar delante del niño los sentimientos que nos genera la situación que está provocando con su conducta. No se debe menospreciar al niño ya que será un obstáculo a la hora de intentar conseguir un cambio pero no esta de más expresar lo que realmente sentimos.
  • Mantenernos firmes delante de las normas establecidas. El niño debe saber que romper una norma significará acatar una consecuencia.
  • Nunca responder a la agresión con castigo físico.
  • Enseñarle modos alternativos de expresar sus sentimientos agresivos, dado que los sentimientos de ira y frustración están presentes y no los podemos obviar, debemos enseñarles a poner nombre a lo que le ha molestado y buscar actividades que le permitan expulsar adrenalina.








sábado, 19 de mayo de 2012

JUEGO Y APRENDIZAJE



El juego es por excelencia el lenguaje de la infancia, es una actividad básica e indispensable para el desarrollo. A través del juego a los niñ@s se les abre todo un mundo de experiencias y sensaciones nuevas, exploran el medio, interaccionan con el adulto y perciben otros aspectos sensoriales que le pueden ayudar a desarrollar el sentido del oído y la modulación de la voz.
A través del juego los niños se comunican, expresan sus ideas, deseos, emociones, exteriorizan pensamientos, descargan impulsos y satisfacen fantasías.
Desde sus primeros días, el niño intenta descubrir el sentido del mundo real. Tanto si este proceso se basa en la exploración y la imitación como si se basa en la fantasía y la imaginación, todo es APRENDIZAJE.
El juego del niño pequeño consiste en experimentar todos sus sentidos y movimientos del cuerpo, para después realizar una exploración de su mundo imaginativo y de fantasía. Debemos de ser conscientes de que con sus exploraciones y juegos se fomenta el desarrollo intelectual sin que tenga que hacer ningún esfuerzo consciente.
El juego que ayuda a desarrollar la habilidad cognitiva es más productivo en términos de aprendizaje. La fantasía en el juego aporta muchos beneficios, tales como una mayor concentración, mejor desarrollo del lenguaje y, lo que es más importante, una capacidad superior para superar problemas.
Es muy importante que aceptemos y estimulemos la fantasía y la imaginación del niño puesto que éstas constituyen su herencia natural y actualmente sabemos que, privándole de ellas, no sólo se daña su aspecto emocional sino que toda su capacidad de aprendizaje puede deteriorarse para siempre. Si se le obliga demasiado pronto a pensar de modo abstracto, en lugar de dejar fluir su imaginación o su fantasía para seguir su propia forma de trabajar, es posible que pierda el interés por el aprendizaje formal.
La mayoría de los padres conocen mucho mejor las necesidades de sus hijos que cualquier otra persona, pero les bombardean constantemente con mensajes y presiones sobre cómo acelerar su progreso. A veces se tiene la sensación, de que estamos involucrados en una carrera,  resulta difícil saber qué es lo mejor para él. No debemos caer en la trampa de creer que tiene que aprender lo antes  lo más rápidamente posible.
Comprender el mundo a través del juego
Durante los primeros dos años posiblemente no nos parezca tan obvio que el niño esté desarrollando su potencial intelectual en su entusiasmo incansable por el juego. Su mundo imaginario también es su mundo real y por eso es importante alimentarlo. Más tarde cuando cumple cuatro o cinco años, le podemos introducir en juegos humorísticos y en juegos que introducen los conceptos de tiempo y espacio.
Juego y lenguaje