Las alteraciones de voz son frecuentes en la infancia y, casi siempre insignificantes. No obstante, es conveniente estar atento para evitar que se cronifiquen.
Se estima que entre el 40 y el 60 por ciento de la población infantil, ha tenido algún episodio de disfonía, siendo más frecuente entre el sexo masculino.
Laringitis, sobresfuerzo vocal o nódulos, pueden ser algunas de las causas que pueden provocar problemas en la voz de los más pequeños.
Cuando se trata de un episodio pasajero, que se acompaña de tos seca y estridente, es probable que se trate de laringitis, pero si el pequeño no presenta ningún otro síntoma, es muy probable que esa disfonía sea consecuencia de un sobresfuerzo vocal, que se da cuando los niños hablan muy alto ya sea para llamar la atención, para destacar delante de sus iguales, para realizar el juego, porque tienen un problema auditivo, un comportamiento hiperactivo o porque viven en un entorno ruidoso.
Como estamos viendo la mayoría de casos de disfonía están causados por malos hábitos y por lo tanto la prevención es muy importante y posible.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología ofrece estos consejos para cuidar la voz de nuestros pequeños:
· No gritar en presencia de los niños. Puesto que ellos siempre imitan a los mayores.
· Enseñarles a hablar con menor intensidad, a detenerse para respirar y a articular bien.
· Escuchar a los niños para que no tengan que gritar y llamar nuestra atención
· Animarles a realizar actividades que no sean perjudiciales para la voz.
· No fumar en su presencia.
· Procurar que beban abundante agua y no abusen de las bebidas frías.
Cuando esas alteraciones aparecen con frecuencia o se mantienen durante más de dos semanas es conveniente consultar con un especialista, ya que es posible que se hayan convertido en crónicas y que escondan un problema de nódulos en las cuerdas vocales, también no debemos pasar por alto el hecho de que un niño hable constantemente muy alto, en este caso habrá que valorar la posibilidad de que tenga problemas de audición.
Por supuesto que la disfonía tiene tratamiento y esta varia en función de sus causas. Si es producida por una laringitis vírica, la terapia es sintomática y basta con la ingesta de abundante líquido, antinflamatorios y reposo vocal. Pero si la causa es la presencia de nódulos, se debe realizar una rehabilitación vocal con un logopeda especializado en terapia de la voz.
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