El ritmo de desarrollo de cada niño es diferente, pero los padres pueden contribuir a estimular la memoria y la capacidad de aprender sea cual sea su cociente intelectual.
Los padres cada vez están más interesados en adquirir conocimientos que les permitan facilitar el aprendizaje de sus hijos y así poder desarrollar al máximo sus capacidades y formar niños más saludables emocionalmente, más inteligentes y capaces de afrontar los problemas desde una perspectiva integral basada en soluciones.
Diferentes ciencias (neurología, neuropsicología, psicología infantil, psiquiatría infantil) han demostrado que para formar personas más estables emocionalmente e intelectualmente exitosas debe prestarse especial atención al desarrollo del niño y su estimulación.
El bebé desde que nace manifiesta sus ansias por apreder de conocer y manipular el mundo que le rodea, es un ser con grandes capacidades de aprendizaje que en sus primeros años de vida forjará una personalidad competente para enfrentarse a un futuro y tener éxito en lo que se proponga.
Por lo anterior, se ha prestado especial atención a aquellos factores que favorecen el desarrollo cerebral de los bebés, aumentando sus capacidades de aprendizaje, a esto se ha llamado estimulación temprana.
La estimulación temprana hace referencia a toda aquella actividad de contacto o juego con un bebe que propicie, fortalezca y desarrolle adecuada y oportunamente sus potenciales humanos.
El principal objetivo de la estimulación, además de favorecer el desarrollo cerebral del niño, es estrechar el vínculo entre los padres y el bebé.
La estimulación temprana favorece el desarrollo de la corteza cerebral de los niños, formando bebés más sociables y receptivos a su entorno.
Cuando a un bebé se le proporcionan diferentes medios para desarrollarse, se genera en él interés y capacidad para aprender, por este motivo la estimulación es concibida como un acercamiento para comprender y conocer al bebe, ampliando su potencial de aprendizaje.
El juego es importante para el desarrollo cerebral del niño. Aunque los pequeños nacen con su cerebro completo, debe irse madurando para cada día que pase tengan mayores habilidades para el aprendizaje. El juego, es la forma más importante para ayudar al bebé a desarrollar cada una de las áreas mencionadas anteriormente.
Cuando los niños juegan desarrollan su memoria, mejoran su lenguaje y establecen relaciones sociales. En otras palabras, el juego es el responsable de aportar los cimientos para el pensamiento más complejo.
Cantarles canciones también ayuda a ejercitar su memoria, que se desarrolla velozmente entre el primer y segundo año de vida, mejora el sistema auditivo, facilita la expresión de sentimientos e ideas, mejora las capacidades motrices, potenciando a su vez sus habilidades socio-culturales.
La estimulación a través de los sentidos, mediante la música, los olores y el tacto de diferentes texturas con manos y pies es una gran aliada para el desarrollo de los bebés.
Les encanta que les cuenten cuentos y que se les explique qué sucede en las ilustraciones de los libros, los masajes y el ejercicio adaptado a su edad contribuyen a su desarrollo psicomotor.
Una rutina establecida hace su vida más previsible y más cómoda. Fijar pequeños rituales, como ponerse el babero a la hora de comer o la rutina del baño, la cena, cepillarse los dientes y leer un cuento antes de dormir, les ayuda a ordenar su vida y a sentirse más seguros.
El sueño y el descanso son imprescindibles para un buen desarrollo físico y psíquico tanto del bebé como del niño.
La estimulación debe ser una experiencia positiva. No se debe forzar al niño a hacer ninguna actividad. Tenemos que aprender a “leer” lo que nuestros hijos sienten en ese momento.Todos los niños NO son iguales, cada uno tiene su propio ritmo de desarrollo y su desarrollo individual depende de la maduración del sistema nervioso.
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